lunes, 14 de enero de 2013

BENEFICIO DE LA TECNOLOGÍA A LA AGRICULTURA

La agricultura comercial de hoy en día se ha vuelto una actividad de alta tecnología, sobre todo con avances tecnológicos importantes en la última década en el manejo agrícola automatizado, genética, nutrición, control de plagas y enfermedades, principalmente.
 
Uno de los elementos que facilitan la transferencia de tecnología alrededor del mundo, es el libre comercio de estos avances, los cuales se realizan a través de importaciones de maquinaria y equipo especializado, semillas mejoradas, agroquímicos y además por la asesoría especializada de expertos.
 
La adquisición de tecnologías provenientes de diversas partes del mundo genera grandes beneficios para la agricultura en general, pero sobre todo para aquellos países en desarrollo, que enfrentan limitantes para invertir en desarrollo y tecnología agropecuaria.



La asociación alemana de productores, elaboradores y distribuidores de alimentos ecológicos BÖLW ha presentado en Berlín un informe en el que se demuestra que los costes adicionales derivados de la aplicación de tecnología genética en la agricultura no redundan en una mayor rentabilidad. Dichos costes adicionales, que provienen de diversos factores tales como los elevados precios de las semillas, cada vez superiores, o las inversiones necesarias para llevar a cabo la separación de cultivos contaminados con variedades genéticas no permitidas y que se elevan a varios millardos de dólares, no tienen ninguna justificación económica. Los supuestos beneficios derivados del cultivo de variedades manipuladas genéticamente quedan anulados por estos gastos. Los únicos beneficiados por el cultivo de variedades modificadas genéticamente son un puñado de multinacionales, en especial Monsanto, cuyas patentes le aseguran altos beneficios.
Felix Prinz zu Löwenstein, presidente de BÖLW, hace balance: “Los beneficios de la tecnología genética aplicada a la agricultura no repercuten ni al agricultor ni al consumidor, sino solamente a las multinacionales que los comercializan
El marco normativo en materia de tecnología genética es insuficiente y esto conlleva a que las empresas de tamaño medio carguen con los riesgos y costes que conlleva la aplicación de tecnología genética, a pesar de que están en contra de ella”.

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